En el mundo egeo de la edad de bronce primó la cerámica que hoy conocemos como micénica la cual - aunque con amplio radio de acción-, tuvo su centro en la cultura que floreció bajo la influencia de Micenas. Una de las formas más populares son los vasos de cuerpo abombado, provistos de tres asas simétricamente dispuestas en el hombro y cuello relativamente estrecho y profundo. Tales características son fácilmente reconocibles en este bello ejemplar con decoración de espirales en la zona del hombro y que recuerda los gráciles motivos naturalistas del estilo de los grandes palacios cretenses, ahora reducidos a patrones más estilizados. Se trata de una cerámica bien torneada, pero sobria y con una gran tendencia al convencionalismo y a la estilización.